Responder al desafío de César es complicado por varias razones. La primera porque ha vivido más y esto no quiere ser una referencia a su edad sino a su trayectoria vital. La segunda se puede resumir en "las comparaciones son odiosas": César utiliza sus amplios conocimientos para escribir mucho mejor que yo. Pero tampoco hay tanta gente que lea este blog como para sentir vergüenza y quizá eso sirva para sacar a alguno de los otros miembros de su ostrachicismo. Existe, adicionalmente, un tercer motivo para ser reticente a escribir esta entrada. Se trata de recomendar o hablar sobre una película. ¿Cuál de todas?
Cuando tenía más tiempo, yo veía mucho cine. Quizás con un cierto matiz cultureta que incluía ir al Verdi de tanto en tanto a ver cosas que no se pueden decir y jurar por quierlosqui y binotx, pero sin aspavientos que me coartaran el disfrutar de las últimas cruzadas o de guantes de cuchillas. Al fin y al cabo si has soñado con las arenas de Tatuín, con bicis que vuelan o con RAG, algo de eso te queda dentro. Así que el cine palomitero se mezclaba sin complejos con películas macedonias sobre lluvia o inglesas sobre penumbra. Ya sabréis cómo funciona: un poco de esto o un poco de aquello y así pillas una buena... resaca. Por ejemplo, en compañía de otros miembros de De Paseo recuerdo que hicimos un pase triunfal de Bad Taste. Quizá haya quien opine que sea de mal gusto, pero probablemente gracias a eso, acabase aplaudiendo el retorno de un rey, a pesar de considerarme mayormente republicano.
También influyó en ello el haber leído los libros. Ver en imágenes aquellas escenas que ya habías imaginado les da un nuevo matiz de magia y aunque el axioma diga que el libro (o el cómic) es mejor que la película (excepto el enfermo británico), no por ello voy a dejar de pasarlo cañón con 300 y esperar ansioso Watchmen. En la parte negativa, que Aragorn tendrá para siempre el aspecto de este tío feo.
Pero esta entrada no hace más que divagar y se supone que había que recomendar una película y sigo sin saber cuál. Quizá debiera dejarlo al azar. Encender la tele y ver qué dan. Un momento... Ese viejo con un sombrero extraño que se clava un cuchillo en el pecho en la puerta de una tienda de antigüedades me suena mucho. ¡Claro! ¡El secreto de la pirámide! Pues mira, será esta. Con su habitación que sólo da al sur y su intento de definir un pasado para el mejor detective de todos los tiempos, con permiso de Bruce Wayne. Cuando la vi en el cine, no conocía el concepto retrocontinuidad ni tampoco lo necesitaba para disfrutar de la historia con buenos y malos claramente definidos y con un doble final sorpresa: No tan bueno como se hubiera esperado y anticipando el retorno de alguien muy importante. No destriparé más la película, no creo que lo requiera para explicar qué me gustó. Yo os la recomiendo. Igual que el resto de referencias que he mencionado. Probablemente haya acertado en alguna. ¿No?
Y ahora que ya he cumplido, puedo intentar pasar el testigo a alguno de los otros. A ver quién se atreve.
Mic - 21/9/08
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